Las almas como la de María ignoran el lenguaje mundano del amor; pero se doblegan estremeciéndose a la primera caricia de aquél a quien aman, como la adormidera de los bosques bajo el ala de los vientos.
( Maria, Jorge Isaacs)

No soy mas que la misma flaca de siempre. ¿ Te acuerdas de mí?



miércoles, 2 de diciembre de 2009

¿Qué hay detrás de una disculpa, de un perdón?



Alguna vez te has puesto a pensar ¿por qué ofreces disculpas? O
¿Por qué exiges que te ofrezcan disculpas?
¡Es el ego dueño de tanta conveniencia!
Cito entonces a Piaget haciendo una extensión de su teoría del egocentrismo a la edad adulta:
“los niños hasta los 3 ó 4 años tienen dificultades para retomar la perspectiva de los otros cuando no coincide con la propia. Ellos fácilmente tienden a ver las cosas desde su propio interés y no se percatan de que pueden existir otros.” Por lo visto, y lo vivido parece que eso a veces no terminara a los 3 o 4 años.
Será entonces que quien ofrece disculpas no lo hace realmente por que le importe el daño causado a otros, más bien lo hace porque eso a lo que llama cargo de conciencia no le permite desvanecer la ansiedad dejada al creer en la magnitud del supuesto daño que ha hecho, es como aquellos que dan limosna para sentirse buenos ciudadanos, para así estar más cerca del reino de Dios a la hora de la hora, eso una forma de disminuir su culpabilidad con el mundo; acaso ¿no se siente menudo descanso cuando se ofrece disculpas? Podría mencionar varias situaciones:
El cónyuge infiel pide perdón temiendo perder cosas, recuerdos, estabilidad, estatus social,…
-El violador pide perdón con lágrimas por que no desea perder la “libertad”,
-El amigo desea subsanar el error porque es difícil conseguir confidentes, camaradas y no quiere parecer como mal amigo ante otros.
-la persona que esta siempre de mal genio podría derretirse pensando en pedir perdón, aunque no lo hace porque eso realmente le pondría peor, pedir perdón a diario sería demasiado para su ego espinado.
-y ni que decir de los irascibles que se la pasan dañando todo a su paso, se ponen aun más coléricos cuando no se pueden auto perdonar, será entonces que lo realmente valido, verdadero, aceptable es auto perdonarse y como no se logra hacerlo por cuenta propia, se quiere que con el perdón que den los demás llenar el vacío y matar el sentimiento de culpabilidad.
Pero a pesar de los muchos “ te pido perdón” el daño simplemente está hecho y no cambiara nada, bueno cambiara el hecho que no te sentirás culpable y quizá el afectado también rindiendo culto al ego puede tomar la opción de realmente aceptar el perdón para poder decirse a el mismo: “si ve, le toco pedirme perdón”, pero para aquel que solo le importa las malas consecuencias que le dejaron y que le importa nada en absoluto si le piden perdón o no, podría pasar a través del tiempo recordando con desdén el daño que le han hecho, tal vez pensando en cómo devolverle el codazo. Es por eso que puedes escuchar en cualquier lugar personas que dicen:
“yo lo perdone, pero al recordar lo que me hizo siento rabia y dolor”
“no me puedo perdonar el daño que le hice, fui muy injusto(a) al tratarlo (la) de esa manera”…

Así que la próxima vez que quieras pedir perdón puedes primero preguntarle al afectado si le sirve de algo las disculpas o más bien te abstienes de perder el tiempo con palabras de cajón, baratijas sociales de la absurda simulación de dolor ajeno, de sentimiento de culpa que no tiene de fondo más que el beneficio individualista, egoísta…

Por más que pidas perdón el daño hecho, hecho está
Pedir perdón es solo una costumbre de la cual te puedes beneficiar demasiado.


Venatrix
Diciembre 02 de 2009

1 comentarios:

La Maga dijo...

Complicado Dianita, esto es para hablarlo en un bar, café mediante (no me gusta el café, pero bueno, todo sea por una buena charla).
Sí, hay mucho de egoísmo, de hipocresía (para con el otro y muy oculto con uno mismo)... pero es un protocolo que suele necesitarse, no lo veo negativo, sólo creo que uno puede pedir perdón, pero el perdón más difícil de conseguir es el dárselo uno mismo; digo, por ahí uno pide perdón y a lo mejor a la otra persona ni le afectó nuestro actuar (no lo sintió como una acción hiriente, ofensiva) pero uno sí lo siente así y pide perdón y se lo concede porque la otra persona ni se vio afectada... pero es uno mismo el que a pesar de ello no puede perdonarse: es uno el que lleva la culpa, tal vez es un juego de la moral.

Odio los protocolos, pero si siento que tengo que pedir perdón lo hago, me parece un gesto que pocos saben darlo, es un resarcimiento, no creo que sea siempre cuestión de ego, sino de indicar que si me duele, que si siento culpa, es porque me interesa salvar algo que considero interesante... es una forma de abrir los ojos a través del dolor... más allá de una cuestión individul, se nota cuando es realmente sincero.

Uffff... qué enredo mi ami!! pero esto no da para escribirlo jejejej!!

Cuídese!!

Nora