Sentado eternamente en el pórtico del santuario
Soñaba ver vestida la vida de lirios frescos y radiantes como los ojos del niño en los que un día intentó mirarse
II
Sus manos hoscas, morada donde crecieron huérfanos
los colores del arco iris, se asentaron
sobre el ánfora sombría que guardó su destino.
III
La tierra recibirá la semilla seca,
viejas espinas y la promesa de unos huesos calcinados.
IV
Se elevó durante mil y una noches, y cayó.
Tantos años después lo encontré Volvitur in rota
Venatrix
Julio 07 de 2010