domingo, 5 de agosto de 2012
Acuarela umbría
La tarde se dividió en dos
atrás quedaron las puestas de sol,
los amores encendidos,
las promesas rotas,
las lagrimas sin destino,
el beso robado,
la cacofonía de miles labios.
Al paso
la quietud resonante
de la alameda,
la ensoñación,
los recuerdos de bolsillo.
Abrazando el anochecer,
envuelta en los colores de la luna,
respiro estrellas fugaces
y sin decir adiós
al infinito regreso.
Dianher
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