fumando un cigarro inexistente
con sus cenizas de recuerdos en mi bolsillo,
con la oda a mis ligeras fantasías,
los números indescifrables de las horas
y con aquel vaho de vino tinto;
cosecho en el tiempo
la poesía que dulcemente
nos une en un abrazo eterno,
bajo la mirada celosa de las estrellas
y la melancolía de un blues que aun no suena.
Venatrix Enero 02 de 2010