Apareció etéreo y ella exhalo su presencia de amanecer borrascoso.
Como cuando un crio ve partir a su madre, así se dilataban los ojos de Sara al decirle un adiós entre la mudez de sus labios.
Esos pétalos ajados que un dia se recrearon pícaros en el cuerpo efímero de aquel hombre de ojos verde huraño, volvieronse sangre y tierra, fuego y olvido.
Venatrix
Junio de 2011
viernes, 24 de junio de 2011
De adioses hace tiempo
Etiquetas: Pesudohistorias
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