Me había olvidado
de la majestuosidad de la noche,
creí que era oscura, negra noche,
pero la presiento azul nocturno,
aunque también un poco roja,
y quizá más blanca que amarilla,
además me susurra sudorosa,
si bien poco refrescante
cuanto mas suntuosa;
me cuenta que los cuervos taciturnos
vuelan envueltos en sueños de colores
y que yo mariposa dilapidada, diminuta
revoleteo sobre capullos muertos,
mientras mi corazón enciende mi pecho
todo lo demás se incendia.
Venatrix
Noviembre 20 de 2009
1 comentarios:
Mi corazón de Maga se volvió alfonsino de golpe... entre esa mezcla de dolor, de agonía, pero con un paisaje bellísimo (esa extrañeza que produce belleza con tinta del dolor más hondo).
La imagen estupenda, el poema rítmico y agradable...
Un belleza y muy femenina!
Besos!
Nora
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