Las almas como la de María ignoran el lenguaje mundano del amor; pero se doblegan estremeciéndose a la primera caricia de aquél a quien aman, como la adormidera de los bosques bajo el ala de los vientos.
( Maria, Jorge Isaacs)

No soy mas que la misma flaca de siempre. ¿ Te acuerdas de mí?



jueves, 27 de agosto de 2015

Voces compulsivas





“Lo que madura por completo se pudre”
Y lo que no llega a madurar se seca.

Podridos los símbolos de adoración…
Seca la garganta de palabras
Un monosílabo de cabeza entre mi ayer y tu mañana.
Secas las lágrimas de tanto llanto.

No eres mi metáfora de esperanza,
en tus ojos desprevenidos se
vislumbran las hojas de nuestro otoño.

De la pasión que pareciera mayúscula
solo humea el silencio del sueño
y los restos de mi alegato en la mordaza.

De ser tú otrora mi alegría y sosiego,
queda la promesa rota que nunca hiciste
el café matutino no servido
las caricias sin piel
el beso sin hálito…

Queriendo ser agua
exhalo tu ausencia
 mi metáfora equivocada.


Dianher

viernes, 14 de agosto de 2015

Letras a María

                                                    

María,
tan hermosa al pie de la alberca
toca el rocío y contempla
el cantar de la cigarra
posada en la cerca.
María, María Aurora
sus inmensos soles
contemplan el horizonte
de arcoíris y esplendores.
María,
tan blanca en la hora matinal
María tan olor a rosa roja
a brisa primaveral.
¡Ay! María,
si algún día sus suaves labios
lo hubiesen nombrado
no estaría tan bruñida y sola
cuadrantaria María.

Dianher

jueves, 13 de agosto de 2015

Elegía

 

Mujer me congelaste en las puertas de tu alma
engulliste mi corazón sin recelo,
antes de poder detenerte
ya habías atado la voluntad del mañana.
Mujer oscura y brillante
mujer de bronce enmohecido
¿cuántos han sido los fuegos apagados en tu seno?
Mujer de éter
vienen por ti
la ola embravecida,
el lobo y la serpiente,
pero tú, intocable
con tus muecas de victoria
dices mi nombre
dejándome sumiso
paladeando mi desesperación
y melancolía.

Dianher

jueves, 6 de agosto de 2015

Recuerdos de bolsillo


Era la noche de uñas de gatos,
alegre jolgorio de furcias desdeñadas,
de vino amargo y evocación.

Era la noche de ojos curiosos
bocas de llanto,
acerbo musical.

Era la noche de cenizas,
de la mirada perdida,
de la piel sobre la piel.

Era la noche de gemir versos
de perder el paraíso.
El fin de la inocencia.


Diana Hernández